Los sensores y biosensores son dispositivos analíticos que juegan un papel crucial en la detección y control de calidad. Los sensores tradicionales pueden detectar cambios físicos como temperatura, presión o humedad, mientras que los biosensores ofrecen una detección más específica y sensible gracias a su componente biológico.
Los sensores se utilizan para monitorear condiciones críticas como la temperatura y la composición del gas de soldadura, asegurando así la calidad y seguridad del proceso. Por otro lado, los biosensores pueden detectar patógenos o contaminantes en el ambiente de trabajo, lo que es esencial para prevenir riesgos para la salud.